lunes, 31 de octubre de 2011



El organigrama me lo planteé como una simplificación del funcionamiento de un edificio, de manera que todo quedaba relacionado por un núcleo central (el vestíbulo) y a partir de él crecen las distintas partes del edificio, organizadas según sus funciones. Así, el edificio queda dividido en una zona de administración general, bajo la cual se situaría un restaurante-cafetería, que se extiende a una zona de exposiciones, la cual une a la zona más pública de salas de conferencias y aulas. En el lado contrario tenemos sin embargo la zona de investigación, con los diferentes depósitos y zonas de estudio/consulta.

A la hora de pensar en una imagen, no encontraba nada que me resultara evocador, pero sí recordé una fotografía que hice en el viaje a Basilea. No tenía nada especial, sino que simplemente me tría a la mente una imagen de “La bella y la bestia”. Pero mientras la estaba buscando, entre el resto de fotografías del mismo viaje vi otras (de las que escogí una de Ronchamp y otra del auditorio de Tadao Ando en Vitra) que sí que me llamaron la atención por el atractivo de llamar la atención mediante diferentes empleos de la luz y desde distintas posiciones, bien cenital o bien mediante una franja lateral.

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