jueves, 17 de noviembre de 2011

Vuelta atrás


Partimos de una intención de colonizar el solar. Mediante formas geométricas podemos conseguir nuestro objetivo, con la ventaja de que dicha geometría puede fraccionarse y permitirnos jugar a crear diferentes espacios en que los que jugar con luces y sombras, y diferenciar usos, ya sea mediante diferentes alturas de cubiertas o por la distribución en planta y la función de cada módulo. El primer acercamiento se realiza mediante una malla hexagonal, pero resulta demasiado rígida, ya que en ocasioes la dimensión de un solo hexágono resulta demasiado grande para el uso a realizar. Como consecuencia, dicho elemento se fracciona, resultando de él triángulos, que son más fácilmente manipulables por tener más grados de libertad a la hora de disponerlos en el espacio. Pero en este punto surge otro problema, y es la necesidad de dar una dimensión y un módulo con que organizar la planta para así distgribuir los espacios a una escala humana. De aquí surge una malla romboidal, a su vez divisible en triángulos, que nos articula las diferentes zonas de la biblioteca, permitiendo a la vez jugar con las diferentes cotas e introducir luz entre las cubiertas, e incluso patios que iluminen el interior del edificio.
Esta malla se compone de rombos de 10 m de lado, medida más cercada a la escala de la ciudad que la propuesta anteriormente.

martes, 8 de noviembre de 2011



Damos vueltas a la propuesta. La verdad es que me costó mucho arrancar y encontrar una idea de proyecto a la que aferrarme. El croquis anterior que propuse respondía a una voluntad de colonizar toda la parcela, para intentar minimizar esas zonas residuales que no conducen a nada, pero me resultaba una forma muy rígida. Por eso me lo replanteé para flexibilizar lo máximo posible la planta. El resultado es una sucesión de cuerpos de forma triangular que se extienden por toda la parcela, y entre los cuales discurren diferentes recorridos consecuencia de la continuación de las calles que desembocan en este solar. Se ordenarían de manera que las zonas de exposición, biblioteca pública (con hemeroteca, mediateca, zona multimedia…) y cafeterías se encuentren más cercanas a la Medina (parte superior de la parcela) y las zonas de archivo, depósito, investigación y viviendas más alejadas del ruido de ésta, en la parte inferior. De esta manera podemos integrar los restos de la muralla abrazándola y cubriéndola, y así hacerlos partícipes de la vida interior en la biblioteca.

El mayor problema lo he encontrado a la hora de intentar hacer una sección (cosa que me pidió Cristina hace una semana ya), ya que ni yo misma conseguía entender bien cómo discurría la pendiente. Por ello pasé a estudiarlo en maqueta directamente, y así encontrar una forma más fluida de adaptarme al terreno y llenar el espacio. Una vez que he llegado a este punto estudiaré la sección de los diferentes cuerpos y sus formas de iluminación según el uso que se adopte.

Otro problemilla que me ha surgido después de pensar en la planta son las inmensas dimensiones del edificio (todo el complejo rondaría los 12000 m2), por lo que (siguiendo con el discurso que planteaba en la casa para el escritor) empiezo a pensar en zonas exteriores, a modo de patios, incluidas dentro de los diferentes usos, pero que no consigo todavía comprender bien.